Lituania, Letonia y Estonia - Agosto 2023

Hola desde hace más tiempo del deseado. El viaje de este verano ha sido algo "descafeinado" ya que además de las Repúblicas Bálticas, Georgia estaba inicialmente incluida en el itinerario. Sin embargo y por distintas razones, hemos tenido que dejar al país del Cáucaso para otra ocasión. 

El aeropuerto de entrada ha sido el de Kaunas (Lituania), donde hemos alquilado un coche para recorrer Lituania, Letonia y Estonia hasta llegar a Tallin. Durante el viaje uno descubre que los tres países son muy semejantes, aunque también se perciben pequeñas diferencias. Los tres países comparten el paisaje de bosques de coníferas y tundra, así como la línea de costa del Mar Báltico. Debido a la inlfuencia histórica de países como Alemania y Rusia, la arquitectura, tanto rural como urbana, es también muy similar. Otra semejanza es el carácter frío y distante de la gente, aunque esto es siempre una percepción muy subjetiva. El desprecio y el temor al "gran oso" ruso es también una constante, aún más tras la invasión de Ucrania. Muy mal tuvieron que pasarlo durante la ocupación soviética como para recibir con flores y vítores a sus nuevos "libertadores", el ejército nazi. En cuanto a la comida, también es muy parecida y se caracteriza por la abundancia de patatas, el cerdo y sobre todo las sopas de remolacha o champiñón. 

Nos han llamado la atención algunas peculiaridades de los tres países bálticos. Comenzaré por Lituania, país del mítico Sabonis en el que el baloncesto sigue siendo el deporte rey. Es mayoritariamente católico, aunque fue el último país de Europa en convertirse al cristianismo. De hecho, no fue hasta el siglo XIV que se va abandonando el paganismo. Afortunadamente, aún están presentes antiguos símbolos paganos y mucha gente los sigue llevando en forma de amuletos. Vilnus, la capital lituana, es bonita, compacta y poco turística, lo que la hace aún más atractiva. Dos lugares más nos han llamado poderosamente la atención. Por un lado la central nuclear de Ignalina, clon de Chernobyl y que por motivos de seguridad dejó de funcionar, y por otro la Colina de las Cruces, lugar de peregrinación cristiana en el que cientos, si no miles de cruces son depositadas a diario en torno a una colina. La atmósfera que posee este sitio es tan tétrica como fascinante.

Antes de continuar con el próximo país Báltico, os dejo algunas fotillos de Lituania.   

    En el castillo de Trakai
    El 40% de Lituania son bosques


    
    Los tótem de madera son tan habituales como...
        
    ... los hongos en verano

    
    Abundan los manzanos, pero más aún los frutos del bosque



    
    El bosque está plagado de casitas y antiguos graneros de madera

    
    El baloncesto se sigue practicando hasta en el bosque
    
    La flora y la fauna parece sacada de un cuento de Christian Andersen






    
    Vilnus

    
    Morenas y una castaña


    
    Edificio soviético abandonado

    
    Central nuclear de Ignalina

    
    Colina de las Cruces



    
    Se puede ver a gente montando su propia cruz


Pasaré ahora a hablar de Letonia, quizás el que mejores estándares de vida tiene de los tres. De hecho, es uno de los países de la UE con más mujeres ocupando cargos directivos y el porcentaje de la población con educación superior es uno de los más altos del mundo. Además, de ser uno de los países postsoviétivcos más contaminados, ha pasado a ser uno de los más respetuosos con el medio ambiente. ¡Un 50% del país es bosque! Otra curiosidad es que el ambar es la "piedra" oficial, algo más que evidente al pasear por cualquiera de sus ciudades. En cuanto a la capital Riga, deciros que nos sorprendió lo bonita que es, sobre todo por la cantidad de edificios modernistas que han sobrevivido. Finalmente comentaros lo especial que fue hospedarse en Ungurmuiža manor. Se trata de una hacienda histórica que data del siglo XVII y que milagrosamente aún conserva pinturas originales. Una verdadera pasada. Debajo os dejo algunas fotillos de este maravilloso país.

     En la preciosa Kuldiga




   
     Como siempre, Marta mimetizándose con el entorno

    
    En la tundra del Parque Nacional de Kemeri

  
    Planta insectívora

    
    Verano es la temporada de setas

    
    En el Mar Báltico
    
    La capital Riga





   
    Edificios modernistas en Riga



    
    Escultura soviética
    
    De vez en cuando hay que darse un lujillo
   
    Una ilustración antigua de Ugurmuiža manor
    
    Ungurmuiža manor hoy en día
    
    En el interior de la mansión




    
    En los alrededores de la hacienda


    
    Uno de los numerosos robles centenarios
    
    Molino tradicional
    
    Las omnipresentes cigüeñas

Por último hablaros de Estonia, uno de los países del mundo en el que más desarrollado está internet. De hecho, fue el primer país en el que se pudo votar online. Una curiosidad es que los estonios se consideran más nórdicos que bálticos y miran más a Finlandia que a sus vecinos del sur. La obsesión por la sauna y el alcohol son solo algunos de los rasgos que comparten ambos países. De hecho, la tasa de adicción al alcohol y a las drogas es una de las mas altas del mundo. Pudimos dar fe de ello durante nuestra estancia en la isla de Kihnu. Esta pequeña ínsula, Patrimonio de la Humanidad por, supuestamente, preservar su cultura y su forma de vida tradicional, ha sido una absoluta decepción. Por supuesto nadie espera que los lugareños de Kihnu vivan como hace cien años, pero la sorpresa fue mayúscula cuando nos enteramos de que se ha convertido en un lugar de ¡turismo de borrachera! Ya durante la travesía en ferri percibimos multitud de visitantes estonios completamente ebrios. En Khnu nos alojamos en la "granja" de una de las personas que supuestamente más hace por "preservar" intacta su cultura ancestral. De hecho, ha aparecido en documentales y hasta en National Geographic. Sin embargo, nos quedamos mudos cuando nos confesó que a la mayoría de los locales, incluida ella, no les disgusta el turismo de borrachera. Nos lo justificaba afirmando que este tipo de turista gasta mucho dinero y es menos exigente que los de otros países. Además, dan menos trabajo porque se levantan muy tarde. Desafortunadamente sus palabras se corresponden con lo que íbamos observando en la isla. Salvo por alguna muestra puntual de su folclore, su cultura ya desapareció hace tiempo y actualmente solo están interesados en hacer cuanto más dinero mejor. Eso sí, para mantener la etiqueta "Patrimonio de la Humanidad" venden una imagen al exterior que para nada se corresponde con la realidad. Aunque la isla de Khnu defraudó nuestras expectativas, la capital Estonia nos sorprendió gratamente. Tallin es quizás la más bonita de las tres capitales Bálticas y nada tiene que envidiar a otras capitales europeas como Praga o Budapest. Eso sí, también es la más turística. Debajo podéis ver algunas fotillos de Estonia.       
    En Tallin.







    
    En las playas de la isla de Kihnu



    
    El uso de sidecars era muy habitual en la isla

    
    Setas de David el Gnomo
    
    Muestra del folclore tradicional en Kihnu




Y nada más. Como siempre nos vemos en la próxima parada...

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