Arabia Saudí - Noviembre 2024

Salam desde Arabia Saudí, país que hasta hace tan solo cinco años estuvo cerrado al turismo. Tan solo hemos estado once días pero hemos podido recorrer varios lugares muy interesantes, algunos ciertamente espectaculares e incluso hemos podido conversar con varios locales sobre cómo está cambiando el país arábigo.

Deciros que veníamos con no pocos prejuicios y dejamos el país con casi los mismos. De sobra es conocido que Arabia Saudí es una monarquía absoluta, gobernada desde 2022 por Mohammed bin Salman, o MBS para los amigos, con todo lo que ello conlleva (asesinato de periodistas, represión a los opositores, etc.). Sin embargo, también es cierto que ha llevado a cabo varias reformas para modernizar el país, entre las que se incluye “relajar” la opresión ejercida hacia las mujeres. Esto último es muy evidente nada más aterrizar en el país: se ven muchas mujeres conduciendo, no todas llevan hiyab y casi todos los sitios turísticos emplean mayoritariamente a mujeres. Como nos confesaba una chica, gracias a MBS la situación de la mujer ha cambiado radicalmente en los últimos cinco años. Eso sí, hay que tener en cuenta que hasta hace cinco años las mujeres vivían en una sociedad “medieval” en la que, entre otras cosas, debían caminar por detrás de los hombres o necesitaban del permiso de un varón para poder salir solas a la calle.

Dicho esto, el país también se está modernizado arquitectónicamente y todas las ciudades están en obras, pero no obras normales, sino a lo grande. Se están derribando barrios enteros y se han plantado tantas grúas que casi compiten en número con las típicas palmeras datileras. Vayas donde vayas, todo está en construcción y se ven espacios modernos y amplísimos, pero muchas veces vacíos de contenido y de personas. Para bien y para mal también se está restaurando todo lo antiguo. Para bien por el ruinoso estado de conservación de muchos lugares históricos, para mal porque los están convirtiendo en “parques temáticos” de lujo pero con gusto, que les resta autenticidad. Un claro ejemplo es la maravillosa Al Ula o el espectacular casco antiguo de Yedá.

Otras tantas cosas también nos han llamado la atención. Por ejemplo, los horarios son rarísimos debido al calor, y es que casi nada está abierto hasta las cuatro o cinco de la tarde. También hemos percibido mucha inmigración, especialmente desde Pakistán y Filipinas, y hemos notado que el perfil de turista occidental es mayor que nosotros y con un elevado poder adquisitivo. Por último, nos ha sorprendido gratamente la hospitalidad de la gente común, que hasta ha compartido con nosotros su comida o algún café saudí.

Como anécdota contaros que aunque sabíamos que podíamos visitar Medina, desconocíamos que los lugares sagrados seguían prohibidos para los no musulmanes. Pues con nuestros ropajes traídos desde Pakistán hemos entrado de manera inconsciente y sin problemas a la mezquita del Profeta. Solo unas horas después leímos que aún estaba prohibido. De hecho, conocimos a una pareja de españoles que tuvo problemas con la policía aunque sí que eran conscientes de la restricción. En cuanto a la Meca, ese ya es otro cantar.

Sin más, os dejo con algunas fotillos. Nos vemos en la próxima parada…

   Contrastes en la capital Riad







   Un DJ 


   
   En el Edge of the World






   Paisajes de Al Ula









   Tomando café con unos locales


   En las tumbas nabateas de Hegra






   Camellos cruzando la carretera


   El increbile edificio Maraya







   Restos de la antigua Al Ula

   Mezquita del Profeta en Medina







 McDonald´s frente a la mezquita

   En el casco antiguo de Yedá









  Tomando un café saudí

En la mezquita flotante de Yedá


  Picnic saudí

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