Sri Lanka - Enero 2025

Hola desde Sri Lanka, antigua Ceilán. Tierra de elefantes, plantaciones de té y bonitas playas con palmeras. Hemos pasado cuatro semanas disfrutando de esta tranquila isla por la que, como en otros países del sudeste asiático, es muy fácil viajar a pesar de que los precios son algo más elevados. Quizás este es el mayor atractivo que le hemos encontrado, porque no tiene playas como las de Indonesia, ruinas arqueológicas como las de Camboya, ni parques nacionales como los de Kenia o Tanzania. Aun así, es un destino bonito y muy agradable. De hecho, la gente es increíblemente amable y siempre tienen una sonrisa en la boca. Además nos ha sorprendido gratamente que tengan un nivel de vida moderadamente alto comparándolo con los países de su entorno. Una excepción son las mujeres que cada día recogen las hojas de té en una de las muchas plantaciones que hay en el país. Hablamos con algunas de ellas y nos comentaron que por una jornada de entre seis u ocho horas recogiendo hasta 20 kg de hojas, tan solo perciben 4,4€, unos 70 céntimos la hora. Si esto no es esclavitud en el siglo XXI…

En cuanto al medio ambiente, Sri Lanka parece haberse tomado algo más en serio que sus vecinos indios la gestión de la basura y los plásticos, al menos en las zonas más turísticas. Sin embargo, el trato a los animales aún deja mucho que desear. Hemos visto a locales exhibiendo monos y serpientes y a turistas subidos en elefantes cuyos dueños llevan siempre un pincho para guiar al animal. De hecho, no hemos ido a ver leopardos al principal parque nacional de Yala porque hemos leído que hay tantos vehículos que llegan incluso a acorralarlos. Tampoco hemos ido a varias playas donde se ven tortugas porque los locales venden comida a los turistas, en su mayoría rusos, para que las alimenten y se hagan fotos con ellas. En fin, deben hacérselo mirar.

Más interesante ha sido coincidir en Kandy con el día de la Poya, una celebración budista que tiene lugar cada luna llena. La gente se viste de blanco y hace cola para llevar ofrendas a los distintos templos budistas. Al igual que con el resto de las religiones, los santuarios están cubiertos de billetes que van depositando los devotos mientras la élite monacal contempla con cierta indiferencia tanto fervor. Lo de siempre.

En cuanto a la comida, muy buena pero demasiado picante. De hecho, por primera vez hemos hecho un curso de cocina en el que hemos aprendido a hacer hasta seis tipos diferentes de curri. Eso sí, sin picante.

           Sin más, os dejo con algunas fotillos. Nos vemos en la próxima estación… Malasia.

  En la capital Colombo

  
  Vaya Rotonda
  
  Ganesh
  
  El símbolo de Sri Lanka
  
  Budas en Dambulla


 
   Frecos en las cuevas de Dambulla
  
  Sigiriya
  
  Descansando
 
   Monetes
   
  Vegetación a raudales


 
  En Polonnaruwa

  
Alojamiento privilegiado


  En el parque nacional de Wasgamuwa





  ¡Es la Poya!








  Bailes regionales




  En tren hasta Ella


  Selva


  Plantaciones de té


  Arguiñanos del curri


  Bonitas playas... para mirar



  Lagartos de varios tamaños


  Bulbul cantando

  En Galle



  

  Locura de autobús  

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